¿Qué es la estimulación temprana?
La
estimulación temprana tiene como objetivo desarrollar y potenciar, a través de juegos, ejercicios, técnicas, actividades y otros recursos, las
funciones del cerebro del
bebé. Los beneficios de la estimulación son físicos,
emocionales e intelectuales. La estimulación sirve al bebé para aprovechar al
máximo su capacidad de aprendizaje y de adaptación a su entorno de una forma
más sencilla, rápida e intensa. Todos sabemos que los bebés nacen con un gran
potencial y es la misión de los padres hacer que se desarrolle al máximo de la
forma más adecuada, positiva y divertida.
Desde el nacimiento hasta los 3 años de edad, se da
el momento de máximo desarrollo neuronal en el ser humano, es en este periodo
cuando se desarrollan y maduran capacidades como el lenguaje, las sensaciones,
las funciones motoras, psicológicas. Además, la estimulación es brindar al niño
todo lo que necesita para poder desarrollarse como persona, la base que este es
un proceso complejo que requiere del aporte de múltiples disciplinas: médicas,
psicológicas, educativas, culturales, etc. En ese todo se incluye desde las
necesidades básicas mínimas para el sustento, hasta el contexto de amor y
protección que también son consideradas vitales en el primer año de vida.
¿Es
importante el vínculo afectivo entre el bebé y sus padres?
¿Cómo
se debe de estimular al bebe para mejorar el aprendizaje?
La
estimulación temprana une la adaptabilidad del cerebro a la capacidad de aprendizaje, y consigue que los bebés sanos maduren y sean
capaces de adaptarse mucho mejor a su entorno y a las diferentes situaciones.
No se trata de una terapia ni de un método de enseñanza formal. Es una forma de orientación
del potencial y de las capacidades de los más pequeños. Cuando se estimula a un bebé, le estaremos abriendo un
abanico de oportunidades y de experiencias que le harán explorar, adquirir
destrezas y habilidades de una forma más natural, y entender lo que ocurre a su
alrededor.
¿Cuándo se debe de estimular al bebé?
Todos los bebés experimentarán
diferentes etapas de desarrollo que pueden ser incrementadas con una
estimulación temprana. Para eso, se debe reconocer y motivar el potencial de
cada niño individualmente, y presentarle objetivos y actividades adecuadas que
fortalezcan su autoestima,
iniciativa y aprendizaje. La estimulación que recibe el bebé en sus primeros
años de vida constituye la base de su desarrollo futuro.
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